Para algunas la preocupación es cómo evitar que se engrase, para otras es cómo combatir la sequedad, mientras que otras buscan devolverle el brillo al cabello.
todos estos problemas del cabello son comunes y tienen una solución. aqui algunos tips para mejorar el cabello grasoso, seco y sin brillo
Cabello grasosoEl problema:
el cabello grasoso es un problema de la piel que se genera cuando las glándulas sebáceas producen más grasa de lo normal y esta grasa se acumula en el cuero cabelludo. El lavado del cabello diario y con agua muy caliente, una excesiva exposición al sol y el consumo de alimentos con mucha grasa y azúcar pueden agudizar este problema.
La solución:
para combatir la grasa en el cabello es importante utilizar un shampoo especial para cabello grasoso y controlar el uso del acondicionador. Si utilizas un acondicionador, aplícalo desde la mitad del pelo hacia las puntas solamente. También utiliza agua fría para enjuagar el cabello, evita dejarlo húmedo por muchas horas y usa el secador a una temperatura baja. De lo contrario se estimularán los folículos del cuero cabelludo produciendo más grasa.
Cabello seco
El problema:el cabello puede resecarse por causas internas o externas. Las causas internas pueden ser un desequilibrio hormonal o un cambio en el cuero cabelludo, que muchas veces hasta puede provocar caspa. Los factores externos que secan el cabello pueden ser: el uso de jabones fuertes, el uso frecuente del secador y la planchita, tratamientos químicos, el agua del mar, el cloro de la piscina y la sequedad ambiental.
La solución:
para combatir el cabello seco lo más recomendable es usar productos que nutran el cabello de la raíz a las puntas. También es importante disminuir el uso del secador y la plancha y usar productos para reparar y proteger el cabello contra futuros daños.
Cabello sin brillo
El problema: el cabello pierde brillo cuando la estructura de las capas externas e internas de cada pelo se dañan, haciendo que también pierda elasticidad y se seque. Las causas de la pérdida de brillo más comunes son: una mala alimentación, cepillar bruscamente el cabello, colocar el secador cerca de la raíz, el estrés y lavar el pelo con agua muy caliente.
La solución:
Utiliza un producto que ayude a humectar la cutícula a su máximo nivel para que se recuperen las capas externas e internas del cabello. También lava tu cabello con agua fría y utiliza mascarillas hidratantes cada semana.